Hace cosa de un par de semanas leía Informático de Pueblo en la bonilista de David Bonilla, a la que debo decir que no estoy suscrito (no me gusta el email como fuente de información) pero la termino leyendo casi todas las semanas.
Me dejó un poco mosca, aún entendiendo y estando de acuerdo en bastante de la opinión de Bonilla, vi un exceso de idealización y otras cosas en las que no estaba de acuerdo.
Por poner un poco de contexto a mi punto de vista, me crié en San Esteban, de unos 500 habitantes; fui al colegio e instituto en Binéfar, de unos 8000. Entenderéis que al conocer el tamaño de Illescas, me pareció que tenemos diferente percepción de pueblo y rural :D.
[caption width="500" align="aligncenter"]San Esteban de Litera[/caption]
Entrando en materia y poniéndome tiquismiquis, empezaré por el título del post. Yo me pegué un año viviendo en mi pueblo, en mi casa de toda la vida para recortar gastos (además del alquiler, la vida de pueblo en general es más económica), porque estaba haciendo algo que puede sonar tan sexy como: montar una startup como Jobsket haciendo bootstraping. Lo que viene siendo intentar montar un negocio rentable con recursos propios, vamos. Aunque tiendo a definirme simplemente como desarrollador o programador, supongo que se me consideraría informático, y hay por ahí bastantes informáticos en los pueblos haciendo todo tipo de cosas. Un ejemplo claro que sonará a los de ciudad es que Informática el Corte Inglés tenga una factoría de software en Monzón.
Por otro lado, la idea del hombre orquesta que hace de todo: montar ordenadores, repararlos, diseñar y programar una web, una aplicación de gestión, configurar un servidor, llevar las redes sociales, montar una red, vender en una tienda... Es algo que, en mi experiencia, no es trivial de hacer bien ya por separado, hacer todo eso decentemente lo veo bastante improbable. Que yo sepa, quienes dan muchos de esos servicios es porque son varias personas y tienen habilidades que se complementan, lo que se acerca a la idea de las empresas de servicios informáticos integrales; y como ellas, a veces los resultados son mejores o peores.
Yo trabajé hace ya bastantes años en una de esas tiendas de informática 6 meses, donde aprendí mucho y durante gran parte del tiempo disfruté de mi trabajo. Por aquel entonces los márgenes de vender hardware ya eran poca cosa, al igual que parece pasar con los coches, el negocio está en el mantenimiento.
Mis tareas eran cosas como montar ordenadores clónicos, ampliar o cambiar piezas, limpiar virus y malware en general, reinstalar windows, instalar y configurar software nuevo, ir a muchos de los pueblos cercanos a hacer reparaciones (en oficinas, fábricas, granjas, ayuntamientos, casas), montar alguna pequeña red local, vender en tienda... Y si había ratos ociosos, como a mi en realidad lo que me gustaba era programar, iba desarrollando una pequeña aplicación de gestión para las reparaciones (en Visual Basic 6! :D), que no llegó a terminarse nunca porque era imposible darle continuidad. Por aquel entonces, dentro de la informática creo que se me podría considerar algo así como técnico de soporte, figura que hay en muchas empresas y sobre las que sí hay alguna serie :P.
Y la idealización... ¿Sabéis por qué estuve 6 meses justos? Pues porque no me renovaron el contrato (en prácticas), el último mes estaba ya muy desmotivado y empeoró mucho mi rendimiento, tuve algunos despistes gordos... básicamente porque me cansé, en realidad eso no era algo a lo que me quisiera dedicar y el día a día me terminó quemando. Por eso, que no me renovaran, fue lo mejor que me podría haber pasado en ese momento, forzándome a tener que empezar a buscarme la vida.
Sé que hay mucha gente que no valora o respeta a la gente que se dedica a eso, igual que hay quien no valora a "un freelance que hace webs y no trabaja en una macroconsultora con proyectos públicos o para empresas del copón" (sí, me ha pasado).
Quizás sea por haberme dedicado a ello, pero le tengo muchísimo respeto a la gente que trabaja cuando aparecen los problemas con la presión del cara al público, hacer un buen trabajo no es nada fácil.